Esta tarta fue una decisión de última hora de un amigo que me llamó un jueves por la noche porque quería una tarta para el día siguiente por la tarde.
Mi cara fue de, madre mía no se si me dará tiempo, teniendo en cuenta que de lunes a viernes trabajo en una empresa programando.
Pero le dije que sí, que yo lo primero es decir que si, y luego pensar cómo narices podré hacerlo...
Al final todo sale, y aunque cierto es que esa noche dormí poco (algo habitual en mí), finalmente quedé contenta con el resultado:
La idea era poner a Juanan en la tarta, ya que Pedro, el que me la encargó, le está entrenando y quería además tener este detalle con él para su cumple.
Entre dos o tres ideas al final nos quedamos con esta, un chico haciendo pesas, encima de un banco de entrenamiento.
No tenía fotos de Juanan pero bueno, siempre pienso que cuando te regalan este tipo de tartas, ves el conjunto en general, no en sí el modelado de la cara.
La tarta iba rellena de chocolate con leche (ganaché) y por fuera nata, pero esta vez no quise dejarla de blanco, más que nada para que llevase un toque de color.
Aguantó el muñeco como buen deportista que es el viaje al camping, y eso que no estaba seco del todo, donde iban a celebrar el cumpleaños. Al día siguiente Pedro me llamó para decirme que Juanan había alucinado y que todos los que la probaron les gustó mucho. Ya le avisé que había puesto un bizcocho más porque tampoco estaba claro cuántas personas irían al cumpleaños, pero hubo de sobra, como siempre, jejeje.
Besos.