Había probado muchas recetas de galletas que había encontrado por la red, hasta que dí con esta. Y sinceramente ya no la cambio, primero porque salen buenísimas, segundo porque una vez que te haces con la masa se trabaja bastante bien, tercero porque no llevan huevo por lo que para las personas con alergia al huevo son perfectas, y además aguantan bastante bien si las conservas como es debido, y finalmente porque todo aquel sabor que le añadas a la masa lo coge perfectamente.
En este caso le añadí canela, y todos los que las probaron me dijeron que estaban buenísimas.
Es más, yo las probé y mi marido también, y él que no es muy goloso le encantaron.
Están adornadas con fondant y glasa. Y para hacer este tipo de galletas, la masa de las mismas tiene que ser un poquito gordita, no demasiado, pero si para que cuando le peques el fondant el sabor predominante sea el de la galleta, no el del fondant.
Había comprado un pack de cortantes de la marca Wilton para bebés, y aparte del cochecito y el body, hay un cortante de osito y otro de un caballito de juguete. Pero para el bautizo me gustaron más estos dos.
Aquí podéis ver mejor el detalle de las galletas de los carritos de bebé.
Y aquí el detalle de los bodys.
En ambas les he añadido la A del nombre del niño, el nombre entero me parecía demasiado si además le añadía los detalles que quería a las galletas.
Se entregaron en plásticos, con etiquetas de recordatorio para el bautizo.
Todos los presentes dijeron que era una pena comerlas, así que abrieron las que sobraron y probaron esas, las demás están guardas como lo que son, el recordatorio del bautizo de Antoñito.
Besos.
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