Esta tarta fue un regalo de cumpleaños para Israel, un niño que cumplía 6 años y que es un apasionado de los caballos.
Monta bastante bien, y la verdad es que no dudé ni un segundo qué iba a ponerle en la tarta.
Trabajé bastante en hacer los dos caballos, y para ser la primera vez que hacía este tipo de muñecos, quedé bastante contenta con el resultado.
Las fotos están hechas con el móvil, por eso la calidad no es la deseada. Pero aquí están los dos caballos, el Goli y el Espinete, como me dijeron después cuando la familia vio la tarta.
La tarta la hice cuadrada, y bueno aunque las esquinas no quedaron como me hubiera gustado, el resto quedó bastante bien.
El bizcocho era un bizcocho básico de limón, relleno de ganache de chocolate blanco. Además antes de echarle el chocolate le puse mermelada de melocotón, y la verdad es que la mezcla resulta bastante gustosa.
El niño alucinó cuando la vió, y los demás que estaban en el cumpleaños, que nunca habían visto una tarta de este tipo, todavía más.
Cuando llevamos la tarta al cumpleaños, el camino fue bastante malo, tuvimos que subir un puerto y bajarlo y temía porque los caballos no aguantaran de pie. Pero la verdad es que el pegamento comestible que le eché hizo su función y llegó intacta.
Y probamos la tarta, que además por dentro era de colores, ya que cuando es para los niños me gusta jugar con colorear los bizcochos y que les guste por dentro y por fuera.
Espero que os guste la tarta tanto como nos gustó a todos, sobre todo a Israel y a todos los niños que había allí.
Besos.
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