Esta tarta fue un encargo para la nieta de una amiga de mi madre.
Tenía claro que quería una tarta de Pocoyó, ya que me comentó que a la niña, que iba a hacer un año, la volvía loca cada vez que lo veía. Me dijo que la gustaría que estuvieran todos los amigos de Pocoyó, pero que el paisaje de la tarta lo hiciera como yo quisiera,
Y me puse manos a la obra.
Primero con los amigos de Pocoyó:
Pajaroto y Lula...
Pato...
Y Pocoyó...
El único fallo que le ví a Pocoyó fue que los ojos quedaron un poquito grandes, pero es que ya a las 4 de la mañana mi vista estaba bastante cansada...
El bizcocho fue un bizcocho básico de limón con relleno de crema de nubes y ganache de chocolate blanco.
Diréis que casi siempre, por no decir siempre, hago este tipo de bizcochos, pero cuando no me saben decir qué bizcocho quieren o qué relleno quieren, prefiero hacer combinaciones que se que quedan buenas que no experimentar.
Además añadí la mermelada de melocotón entre capa y capa, que siempre le da un toque.
La tarta quedó como podéis ver:
El nombre está puesto en cakepops que hice, para que así los probaran también. La verdad es que cuando el tío de la niña vino a buscarla alucinó en colores.
Cuando hablé con la abuela me dijo que tanto el padre como la madre de Olaya, nada más verla, se hartaron a hacer fotos a la tarta. Y posteriormente en la fiesta, algunos incluso dudaron de que los muñecos se hubieran hecho a mano en vez de ser comprados, algo que me llenó de orgullo.
Pero puedo prometer y prometo (me suena esta frase...) que los hice yo...
La vela también la hice cubriendo una delgada vela con fondant.
Todos los que probaron la tarta quedaron encantados.
Espero que os guste tanto como me gustó a mí y a la familia de Olaya, y sobre todo a la niña que aguantó como una jabata la fiesta, y que cuando vió a Pocoyó se tiró a cogerlo...
Besos.
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