domingo, 26 de febrero de 2012

Tarta Seguridad y Homenaje a Bunbury

En esta ocasión fue Verónica la que me llamó para encargarme esta tarta.
Quería una tarta que fuera una mezcla del trabajo de Iván (jefe de seguridad) y su gran pasión: Enrique Bunbury.
Al principio hablamos de hacer la portada del último disco de Bunbury, Licenciado Cantinas, pero la complejidad de la misma y el poco tiempo que yo tenía hizo que la tarta se redujera a poner las letras de Bunbury y el corazón símbolo de Bunbury, con una espiral.
Lo que si tenía Verónica claro desde el principio es que quería que hiciera un muñeco representando a uno de seguridad, saliendo de la tarta.
Los sabores también los tenía claros: quería que les pusiera los mismos que la tarta de Jose, la cámara de fotos, que probó y que quedó encantada.
Cuando vino a por la tarta alucinó. Pero quería sorprender a Iván de tal manera que cuando llegaron a su cumpleaños les dijo a todos que no había tarta. Incluso compraron un Donuts para que Iván soplara las velas, y el pobre homenajeado quitó un poco de hierro al asunto, intentando pensar cómo partir el Donuts para que todos lo comieran.
Hasta que Verónica y Pedro le dieron la tarta, que además iba envuelta en papel opaco (además del de plástico que siempre lleva) para que no viera nada.
Según me ha contado Verónica, Iván alucinó. Le pareció increible todos los detalles, sobre todo porque al final me inspiré en la portada del disco Licenciado Cantinas para colorear la tarta, sacando un poquito de tiempo, eso sí, con pincel, porque el aerógrafo aún no lo domino demasiado. Incluso el detalle del corazón le pareció alucinante.


Cuando partieron la tarta el comentario de la mujer de Iván fue que hacía mucho tiempo que no daba con una tarta con un bizcocho tan jugoso, y al probarla todos dijeron lo mismo, que estaba muy buena. Incluso Pedro comentó que esta me había quedado espectacular, y eso que lleva ya unas cuantas probadas a sus espaldas.


Lo que véis en el centro rodeando al muñeco es azúcar negro, que lo eché sobre todo para que le diera color al interior y para que no se viera el fondant tal cual, ya que lo de fuera estaba super coloreado.


El muñeco tiene en la mado una botella de tequila, que es una de las peticiones que me hizo Verónica al pedirme la tarta. Y ya véis que me quedó bastante chulo, sobre todo porque tiene pinta de seguridad completamente.
Qué os parece? A mi me encanta esta tarta, me la apunto como una de mis favoritas.
Besos.

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